domingo, 30 de septiembre de 2012

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EL APOCALIPSIS 3:20 RVR60

"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo."

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«El demonio se descontrola de rabia cuando coloco algo que refleja la presencia de la Virgen»

«El demonio se descontrola de rabia cuando coloco algo que refleja la presencia de la Virgen»

        Una mañana de 1985, el cardenal Ugo Poletti, vicario de Juan Pablo II como obispo de Roma, llamó a un sacerdote paulista nacido en 1925, el padre Gabrielle Amorth, para encomendarle una misión: ser el exorcista de la diócesis de Roma.

        En estos veintisiete años, el padre Amorth reconoce haber realizado más de cincuenta mil exorcismos. Por tanto, nadie mejor que él en todo el mundo para explicar qué este ritual del exorcismo, en un momento en el que, en la práctica, está olvidado incluso en el seno de la Iglesia.

-Padre Amorth, ¿qué es un exorcismo?

        El exorcismo es una oración pública de la Iglesia que se hace con la autoridad de la Iglesia, porque la hace un sacerdote designado por el obispo; es una oración de liberación del demonio, de su influencia maligna o del mal provocado por él.

-En la actualidad hay muy pocos exorcistas, ¿No son necesarios?

        Durante trescientos años la Iglesia ha abandonado los exorcismos. Los motivos son diversos y los explico en el libro Habla un exorcista. Sin embargo, en cada diócesis debe haber uno ¡como mínimo! Pero ¿cómo los va a haber, si la gente no cree en el Demonio, incluso gente de Iglesia, como sacerdotes y obispos? Es necesario saber que el obispo que no proporciona la ayuda espiritual necesaria a un fiel con un problema demoníaco está pecando gravemente.

-¿Por qué permite Dios una posesión o un mal demoníaco?

        Hay gente a la que he tratado que va a misa, reza y hace ayuno. Yo les pregunto: "Si no estuvieses poseído, ¿lo harías?". Y me responden que no. Además, pregunto a los demonios mientras hago este exorcismo: "¿Por qué te empeñas en quedarte? Y me dicen: "No puedo irme porque Dios no me lo permite. Si me fuera de esta persona, se alejaría de los sacramentos, y estando así, acude a Dios y es ferviente su oración". Luego es posible que para esas personas, esa cruz sea necesaria para su salvación y la de los que comparten esa cruz con ella: su entorno, su familia y sus amigos.

Ayuno y oración

-En el Evangelio, Jesús dice que algunos demonios sólo se van con ayuno y oración, pero existen casos en los que el exorcismo dura muchos años, o que incluso no llega a producir nunca esa liberación, aunque se recurra al ayuno y la oración. ¿Por qué?

        Hay ocasiones en que el Señor permite un caso de posesión en el que la persona no llegue a liberarse nunca. Yo los he tratado. El Señor invita a acudir al ayuno y a la oración para expulsar cierto tipo de demonios, porque hay varios. Igual que hay ángeles con diferentes funciones y misiones, con los caídos pasa lo mismo, pues también son ángeles. Pero como digo, en ocasiones nada funciona, ya que Dios lo permite para la salvación de muchas almas, no sólo de la persona poseída, aunque no es normal.

-Otra cosa incomprensible es cómo puede comulgar un poseído y que no se dé su liberación, siendo como es la Sagrada Forma el cuerpo vivo de Cristo. ¿Acaso no nos ha dicho la Iglesia que el demonio huye de Cristo como de la peste?

        Es cierto. No se aleja el demonio cuando la persona comulga. Se queda ahí quieto, aunque supongo que tremendamente incómodo. A veces, durante un exorcismo, coloco sobre la cabeza del poseído una forma consagrada y pregunto: "¿Sabes lo que tienes ahí?".Y contesta: "Sí, está Él", y ni se inmuta.

        Sin embargo, he descubierto algo curiosísimo: el demonio se descontrola en rabia desesperada cuando coloco algo que refleja la presencia de la Virgen, como un escapulario, o si rezo oraciones de la Virgen. ¡A María le tiene un odio impresionante! Entonces sí se revuelve, no lo puede soportar. ¡Huye como de la peste!

-¿Por qué?

        Porque se siente profundamente humillado. El saberse obligado a hincar la rodilla ante una mujer, la Madre de Cristo... ¡Ah! No puede con eso. Las oraciones a la Virgen durante un exorcismo son extraordinariamente poderosas a mi favor...

        También ocurre con las reliquias que han pertenecido a algunos santos. Yo suelo utilizarlas con mucha frecuencia, porque no las puede soportar. Suele 'salir' despavorido por la misma razón: la humillación de la obediencia a la que le obliga Nuestro Señor, que le induce a doblegarse ante un hombre, no ante un ángel o ante Dios mismo: ante un hombre que ha sido santo.

        Me ocurre mucho con las reliquias que utilizo del padre Pío de Pietrelcina, a quien tengo especial devoción. Sale huyendo ante las oraciones y las invocaciones que hago sobre él. ¿Sabe que lo conocí siendo yo muy jovencito? ¡Le tiraba de la barba y él se partía de risa! Yo le adoraba, era una persona de una bondad hiperbólica, un hombre de Dios de pies a cabeza. Un gran santo de nuestro tiempo.

Objetos de metal

-Usted cuenta que durante los exorcismos un poseído puede expulsar por la boca objetos de metal, cristal y cosas así.

        Es curioso, ocurre a veces. Esos objetos no están dentro de la persona físicamente, se materializan en la boca, al ser expulsados. Los he cogido con mi mano, incluso cuchillas de afeitar. Tengo una caja enorme llena de estos objetos. La guardo para demostrar físicamente lo que ocurre durante la expulsión de un demonio. Es muy difícil de creer, pero están ahí.

        Una vez, una persona sobre la que oraba me escupía todo el rato y yo esquivaba sus salivazos como podía. Una de ésas veces, le vi que me iba a escupir y puse mi mano ante su boca. Fue todo muy rápido, pero cogí al vuelo un clavo enorme y estaba seco. No tenía saliva ni nada. Se había materializado en el momento de salir de su boca.

-Usted cuenta que una sola sesión de exorcismo puede ser durísima.

        Se necesita una enorme fuerza psicológica para asistir a un exorcismo y no distraerse de la oración con nada, diga lo que diga o haga lo que haga el demonio. La fatiga puede ser muy grande.

-¿Cómo nos protegemos para que nunca nos suceda algo así?

        El mejor remedio contra el demonio es la oración y la confianza en la Misericordia. Con oración y siendo fieles a los regalos infinitos de la Iglesia: los Sacramentos. Dios jamás abandona a un hijo fiel. Lo protege, lo ama con locura, lo mima con sus regalos. ¡No debéis tener miedo jamás!

-¿Usted no ha tenido miedo nunca?

        El mismo día que me nombraron exorcista me encomendé a la Santísima Virgen. Le pedí que me arropase y me protegiese cada día con su manto materno. Además, tengo una profunda devoción a mi ángel de la guarda, al que me encomiendo cada día y antes de cada exorcismo. Por lo tanto, creo que es el demonio, por la gracia de Dios, el que se echa a temblar cuando me ve aparecer y empiezo a rezar.

Juan Pablo II

-¿Es cierto que usted exorcizó junto a Juan Pablo II?

        Le cuento una anécdota de ese impresionante santo. Estaba yo exorcizando a una pobre muchacha joven, a la que llevaba muchos años intentando liberar. El exorcismo esa mañana había sido durísimo y tanto ella como yo estábamos agotados. Entonces nos fuimos los dos a una misa que celebraba el Papa en San Pedro.

        Ella estaba tranquila, con unas ganas tremendas de estar en la Misa y de ver al Papa. Todo iba bien hasta que el Papa entró en la basílica, con todos los ropajes, preparado para celebrar. En cuanto esta muchacha le vio, se puso fatal: alaridos, convulsiones, etc. Estaba claro que el demonio no soportaba la presencia de ese hombre tan de Cristo. El Papa la miró lleno de compasión y dio la orden de que la alejaran un poco, pues los gritos que profería y las palabrotas iban a ser un incordio para la celebración.

        Cuando finalizó la Misa, el Papa se acercó a ella, que seguía con una inquietud horrorosa. Le impuso las manos, comenzó a orar y la muchacha se puso fatal. Así estuvo el Santo Padre un buen rato, hasta que se calmó un poco. Quizá logró expulsar un par de demonios. El caso es que, agotado, le dijo a su secretario: "Avise al padre Amorth. Que siga él". Y ahí tuve que seguir yo, que había estado antes no sé cuántas horas con la pobre desdichada sin ningún fruto. Me reí: el Papa no lo sabía.

-¿Le obedeció?

        ¡Por supuesto! Yo quise muchísimo a Juan Pablo II.

Medjugorje

-Hay un elemento muy fuerte en el mundo actual en la lucha contra el demonio, un fenómeno que el Papa Juan Pablo II amaba mucho como ha revelado el postulador de su causa de beatificación, que es el fenómeno de Medjugorje. ¿Qué opinión le merece?

        Medjugorje es un lugar de gran fortaleza contra Satanás. Nuestra Señora dijo en Medjugorje el 14 de abril de 1982: "Dios ha permitido que Satanás ponga a prueba a la Iglesia durante un siglo", pero añadió que no la destruiría: "Este siglo en el que vivís está bajo el poder de Satanás, pero cuando sean realizados los secretos que os he confiado, su poder se quebrará".

        Estas palabras nos dicen que Satanás está hoy trabajando, pero a la vez que él, también está la Virgen. Ahí están los frutos de Medjugorje. Son ya más de 30 años de buenos frutos y el Evangelio es claro sobre cómo discernir los acontecimientos que suceden. Al árbol se le conoce por sus frutos, y los de Medjugorje son tan claros que a mí me da pena que se ignoren. Incluso creyentes, laicos y consagrados, que sin haber estado si quiera allí, ya tomaron su decisión de rechazarlo. Pero bueno, de lo poco que sabemos de los secretos confiados a los videntes de Medjugorje es que cuando se realicen, el dragón será derrotado y el reino de la luz triunfará.

-¿Qué recomienda a una persona que quiera ir al cielo sin pisar el purgatorio y sin saber nada de Satanás?

        Hijo mío, yo también quiero ir al cielo. Agárrate a los sacramentos y sobre todo a la Virgen María. Ella jamás te abandonará.



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Uno de cada 10 jóvenes italianos está en riesgo de caer en las redes del satanismo


Uno de cada 10 jóvenes italianos está en riesgo de caer en las redes del satanismo

Escenificación de alguos elementos usados en un ritual satánico

Libros, cine, internet, música…nuestro mundo está lleno de reclamos y ambientes propicios para «la cultura satánica». Más de 6.000 personas adoran a Lucifer en España y, en Italia según una encuesta, uno de cada diez jóvenes podría caer en manos de un grupo satánico.

Manuel Guerra, el mayor experto de la Iglesia española en este tema, asegura que más de 6.000 personas adoran a Lucifer en nuestro país y ha catalogado hasta 54 grupos diabólicos. La zona de mayor actividad es Levante y las grandes urbes como Barcelona o Madrid. Pero, sin duda, el país que sufre más violentamente el satanismo sigue siendo Italia.

En la red de las sectas satánicas

Según una encuesta, uno de cada diez adolescentes italianos corre el riesgo de caer en manos de una secta satánica. Muchos de los jóvenes entrevistados han declarado que si Satán les diera poder y dinero no tendrían problema ninguno en aliarse con él.

Lo ha explicado en «Famiglia Cristiana» el profesor Tonino Cantelmi, psiquiatra y presidente de la Asociación de Psicólogos y Psiquiatras Católicos: «Se sienten atraídos y fascinados por la rebelión y la anarquía, por la práctica del sexo, el consumo desmedido de alcohol y la atracción de la droga. Hay algo muy importante, y es que el satanismo no es ausencia de valores -si fuera así sería mucho más fácil combatirlo- sino un contravalor, la afirmación y el triunfo del valor moral del mal, por desgracia algo profundamente atractivo en los tiempos que corren», explica.

Cuando la fe es sólo fachada

En cuanto al componente religioso, según el profesor Cantelmi, el factor principal es el de rebelión a la religiosidad católica, la mayoría de las veces recibida de los propios padres. Y a veces ni siquiera eso: «Hoy la fe católica se vive a menudo sólo como fachada. La expansión de los grupos satánicos es más una consecuencia de la falta de valores fuertes: los padres han renunciado a su papel de padres y formadores», sostiene.

Cuando se habla de satanismo, viene enseguida a la cabeza la terrible cadena de homicidios, misas negras y rituales satánicos. El más conocido en Italia es el caso de las «Bestias de Satanás», de la zona de Varese, una secta satánica que acabó en 1998 con la vida de dos de sus miembros, Chiara Marino, a la que consideraban la «encarnación de la Virgen María» y a su amigo Fabio, por defenderla. Tenían 16 años.

Michele Tollis es el padre Fabio, víctima de su propia red: «Mi hijo tocaba por los bares. Al principio sólo hacía música "metal", pero el problema llegó cuando empezó a frecuentar el pub Midnight. Comenzó a componer letras de tipo satánico, vestía de negro y llevaba símbolos extraños, pero a mí eso no me preocupaba.

»Pensé que era el típico síntoma de adolescente rebelde. Además, era buen estudiante, nada problemático», asegura. Una noche, tras una discusión, los líderes de la secta se los llevaron a un bosque y los asesinaron brutalmente. «Fui demasiado ingenuo. Tendría que haber estado más atento al ambiente que frecuentaba mi hijo.

»Cuando ya nada tenía remedio pasé un día por el Midnight y vi que tenían un altar con la figura de Satanás pisando a un hombre. Tenía que haber mirado antes, y no limitarme a ir a buscarlo allí algunos días. Sólo en la fe he encontrado la fuerza suficiente para salir adelante después de todo aquello. Y me ha ayudado especialmente la figura del Padre Pío, al que he encomendado a mi hijo y a mi familia, que gracias a Dios permanece unida», reconoce.

«Satanás es muy astuto»

El padre José Antonio Sayés, profesor en la Facultad de Teología del Norte de España (Burgos), autor de la obra «El demonio ¿realidad o mito?», asegura que el demonio existe, aunque muchos sacerdotes no crean en él: «Hay una corriente secularizadora en la teología que nace en los años sesenta, que realmente piensa que todo esto se debe a un lenguaje mítico que hoy en día no podemos aceptar en un mundo secularizado.

En un mundo que no necesita a Dios, hablar del demonio sería hablar de algo que el hombre moderno no puede aceptar. Y el sacerdote tiene complejo, miedo a hablar de ello, y también una tremenda ignorancia. Yo, por ejemplo, durante mis años de formación nunca recibí una clase de teología sobre el demonio. Ni en el seminario ni en la Universidad Gregoriana, la de los buenos tiempos que yo conocí. Y he escrito un libro sobre el demonio, porque yo mismo quería tener clara la cuestión», sostiene.

Sin embargo, según el padre Sayés, resulta que curioso que precisamente hoy el mundo moderno esté más inclinado a hablar del demonio que nunca: «Y eso es porque ya ha tocado fondo y empieza a tener miedo. Cuando el hombre se aleja de Dios, le entra miedo. Ve que no se puede dominar el mal y empieza realmente a interesarse sobre este tema".

" Hay numerosas sectas satánicas en Italia, por ejemplo, en Turín, donde el arzobispo ha tenido que nombrar a cuatro nuevos exorcistas porque hay unas 40.000 personas involucradas en sectas satánicas», explica.

Insiste en que al demonio, si se vive en paz, no hay que tenerle miedo: «Una persona que sea cristiana, que reza diariamente, que acude a los sacramentos, a la eucaristía y la penitencia, no tiene nada que temer. Creyendo en Cristo no es posible el miedo. Él vino a destruir las obras del diablo y tiene conciencia de que con su muerte, con la obediencia al Padre, que le ha llevado hasta la Cruz, vence al "Príncipe de este mundo". Contamos con la gracia de Cristo que nace de su misterio pascual para vencer el pecado, para vencer al demonio, para vencer la muerte», explica.

«Al demonio se le puede vencer, pero hay que tener los ojos abiertos», continúa. «Decía Baudelaire, que la mayor astucia del demonio es hacernos creer que no existe porque así trabaja mejor. No hace muchas posesiones diabólicas, porque en un mundo descreído como el nuestro, eso llevaría a la gente a creer en él.

»Si hay una posesión diabólica, por ejemplo, de un joven en la universidad y lo ve todo el mundo, nace un interrogante para todos los estudiantes. El demonio es más astuto: prefiere convencer a los sacerdotes de la que la oración no es tan importante, provocar la división dentro de la fe. Y lo está haciendo bastante bien», concluye.

Pero no todo está perdido. Como dice el profesor Cantelmi, de las sectas satánicas se puede salir: «Todo el que quiera liberarse de esta trampa, debe saber que, además de recibir un apoyo espiritual, debe confiarse a un apoyo psicológico, social y legal, a toda una red de protección. Y no está solo. Siempre habrá gente que le va a ayudar».

Fuente: religionenlibertad.com

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Escenificación de alguos elementos usados en un ritual satánico

Libros, cine, internet, música…nuestro mundo está lleno de reclamos y ambientes propicios para «la cultura satánica». Más de 6.000 personas adoran a Lucifer en España y, en Italia según una encuesta, uno de cada diez jóvenes podría caer en manos de un grupo satánico.

Manuel Guerra, el mayor experto de la Iglesia española en este tema, asegura que más de 6.000 personas adoran a Lucifer en nuestro país y ha catalogado hasta 54 grupos diabólicos. La zona de mayor actividad es Levante y las grandes urbes como Barcelona o Madrid. Pero, sin duda, el país que sufre más violentamente el satanismo sigue siendo Italia.

En la red de las sectas satánicas

Según una encuesta, uno de cada diez adolescentes italianos corre el riesgo de caer en manos de una secta satánica. Muchos de los jóvenes entrevistados han declarado que si Satán les diera poder y dinero no tendrían problema ninguno en aliarse con él.

Lo ha explicado en «Famiglia Cristiana» el profesor Tonino Cantelmi, psiquiatra y presidente de la Asociación de Psicólogos y Psiquiatras Católicos: «Se sienten atraídos y fascinados por la rebelión y la anarquía, por la práctica del sexo, el consumo desmedido de alcohol y la atracción de la droga. Hay algo muy importante, y es que el satanismo no es ausencia de valores -si fuera así sería mucho más fácil combatirlo- sino un contravalor, la afirmación y el triunfo del valor moral del mal, por desgracia algo profundamente atractivo en los tiempos que corren», explica.

Cuando la fe es sólo fachada

En cuanto al componente religioso, según el profesor Cantelmi, el factor principal es el de rebelión a la religiosidad católica, la mayoría de las veces recibida de los propios padres. Y a veces ni siquiera eso: «Hoy la fe católica se vive a menudo sólo como fachada. La expansión de los grupos satánicos es más una consecuencia de la falta de valores fuertes: los padres han renunciado a su papel de padres y formadores», sostiene.

Cuando se habla de satanismo, viene enseguida a la cabeza la terrible cadena de homicidios, misas negras y rituales satánicos. El más conocido en Italia es el caso de las «Bestias de Satanás», de la zona de Varese, una secta satánica que acabó en 1998 con la vida de dos de sus miembros, Chiara Marino, a la que consideraban la «encarnación de la Virgen María» y a su amigo Fabio, por defenderla. Tenían 16 años.

Michele Tollis es el padre Fabio, víctima de su propia red: «Mi hijo tocaba por los bares. Al principio sólo hacía música "metal", pero el problema llegó cuando empezó a frecuentar el pub Midnight. Comenzó a componer letras de tipo satánico, vestía de negro y llevaba símbolos extraños, pero a mí eso no me preocupaba.

»Pensé que era el típico síntoma de adolescente rebelde. Además, era buen estudiante, nada problemático», asegura. Una noche, tras una discusión, los líderes de la secta se los llevaron a un bosque y los asesinaron brutalmente. «Fui demasiado ingenuo. Tendría que haber estado más atento al ambiente que frecuentaba mi hijo.

»Cuando ya nada tenía remedio pasé un día por el Midnight y vi que tenían un altar con la figura de Satanás pisando a un hombre. Tenía que haber mirado antes, y no limitarme a ir a buscarlo allí algunos días. Sólo en la fe he encontrado la fuerza suficiente para salir adelante después de todo aquello. Y me ha ayudado especialmente la figura del Padre Pío, al que he encomendado a mi hijo y a mi familia, que gracias a Dios permanece unida», reconoce.

«Satanás es muy astuto»

El padre José Antonio Sayés, profesor en la Facultad de Teología del Norte de España (Burgos), autor de la obra «El demonio ¿realidad o mito?», asegura que el demonio existe, aunque muchos sacerdotes no crean en él: «Hay una corriente secularizadora en la teología que nace en los años sesenta, que realmente piensa que todo esto se debe a un lenguaje mítico que hoy en día no podemos aceptar en un mundo secularizado.

En un mundo que no necesita a Dios, hablar del demonio sería hablar de algo que el hombre moderno no puede aceptar. Y el sacerdote tiene complejo, miedo a hablar de ello, y también una tremenda ignorancia. Yo, por ejemplo, durante mis años de formación nunca recibí una clase de teología sobre el demonio. Ni en el seminario ni en la Universidad Gregoriana, la de los buenos tiempos que yo conocí. Y he escrito un libro sobre el demonio, porque yo mismo quería tener clara la cuestión», sostiene.

Sin embargo, según el padre Sayés, resulta que curioso que precisamente hoy el mundo moderno esté más inclinado a hablar del demonio que nunca: «Y eso es porque ya ha tocado fondo y empieza a tener miedo. Cuando el hombre se aleja de Dios, le entra miedo. Ve que no se puede dominar el mal y empieza realmente a interesarse sobre este tema".

" Hay numerosas sectas satánicas en Italia, por ejemplo, en Turín, donde el arzobispo ha tenido que nombrar a cuatro nuevos exorcistas porque hay unas 40.000 personas involucradas en sectas satánicas», explica.

Insiste en que al demonio, si se vive en paz, no hay que tenerle miedo: «Una persona que sea cristiana, que reza diariamente, que acude a los sacramentos, a la eucaristía y la penitencia, no tiene nada que temer. Creyendo en Cristo no es posible el miedo. Él vino a destruir las obras del diablo y tiene conciencia de que con su muerte, con la obediencia al Padre, que le ha llevado hasta la Cruz, vence al "Príncipe de este mundo". Contamos con la gracia de Cristo que nace de su misterio pascual para vencer el pecado, para vencer al demonio, para vencer la muerte», explica.

«Al demonio se le puede vencer, pero hay que tener los ojos abiertos», continúa. «Decía Baudelaire, que la mayor astucia del demonio es hacernos creer que no existe porque así trabaja mejor. No hace muchas posesiones diabólicas, porque en un mundo descreído como el nuestro, eso llevaría a la gente a creer en él.

»Si hay una posesión diabólica, por ejemplo, de un joven en la universidad y lo ve todo el mundo, nace un interrogante para todos los estudiantes. El demonio es más astuto: prefiere convencer a los sacerdotes de la que la oración no es tan importante, provocar la división dentro de la fe. Y lo está haciendo bastante bien», concluye.

Pero no todo está perdido. Como dice el profesor Cantelmi, de las sectas satánicas se puede salir: «Todo el que quiera liberarse de esta trampa, debe saber que, además de recibir un apoyo espiritual, debe confiarse a un apoyo psicológico, social y legal, a toda una red de protección. Y no está solo. Siempre habrá gente que le va a ayudar».

Fuente: religionenlibertad.com

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