San Juan 15,9-17
Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.
Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.
COMENTARIO
por Mons. Rafael Escudero López-Brea
obispo prelado de Moyobamba
Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo. Amando a los suyos hasta el fin manifiesta el amor del Padre que ha recibido. Amándonos unos a otros, los discípulos imitamos el amor de Jesús que recibimos también en nosotros. Por eso, Jesús dice: "Como el Padre me ha amado, así los he amado yo. Permanezcan en mi amor".
Dice san Agustín: "Permanecemos en el amor de Jesús, perseverando en su gracia. El amor verdadero es amor de obras, pero éstas no son más que la manifestación del amor. La raíz más profunda está en la benevolencia de Jesús, que nos da su gracia para que le amemos y fructifiquemos en el bien". Leer más de este artículo